Robert Falcon Scott fue un oficial de la Marina Real Británica y explorador, nacido en 1868, y encargado de liderar dos expediciones a la Antártida a inicios del siglo pasado. La primera misión fue la denominada Expedición Discovery, realizada entre 1901 y 1904, que concluyó de manera exitosa. Sin embargo, sería en su segunda misión, la Expedición Terra Nova realizada entre 1910 y 1913, que sus días en la Tierra se terminarían.
Una expedición fallida
Para esta segunda misión, se planificó un encuentro con equipos de apoyo de un campamento base el cual no se concretó, lo que resultó en la muerte del oficial y su equipo de 5 hombres, al quedar varados a kilómetros de la base y de suministros, bajo temperaturas de frío extremas.
Un diario de vida
Durante sus expediciones, Scott siempre cargaba con un diario para apuntar todos los detalles de las excursiones, y sería en este mismo diario, donde el oficial dejaría escritas algunas de sus últimas palabras y mensajes.
Como el profesional que era, ya conocía los posibles resultados negativos de esta fallida expedición, lo cual pudo ser expresado en frases como “Lo peor ha sucedido” o “Todos los sueños se han evaporado”. Lamentablemente, ocurrió lo que más temía y falleció en 1912.
Sus mensajes
A pesar de la pesimista situación, Scott se encargó de dejar algunos mensajes y expresiones, no sólo para su amigo y almirante Francis Bridgeman, sino que también para su esposa, su hijo, su madre, para las madres de 2 de sus compañeros de equipo e incluso un mensaje al público.
Si bien gran parte de esta colección es privada, hay algunos mensajes de acceso público:
«Mi querido Sir Francis
Me temo que estamos sentenciados. Escribo estas cartas con la esperanza de que puedan ser entregadas algún día. Me gustaría agradecer la amistad que me ha dado en los últimos años y expresar el placer extraordinario que he encontrado sirviendo bajo su mando. (…) Finalmente desearía que asegurará la estabilidad de mi viuda y mi hijo. Los he dejado en una muy mala situación, pero creo que el país no debería descuidarlos. Después de todo hemos legado un gran ejemplo para nuestros compatriotas, si no por alcanzar un lugar tan riguroso, sí por afrontar esta aventura como hombres cuando estábamos allí. Hubiéramos podido triunfar si hubiésemos superado la enfermedad.
Adiós y adiós a mi querida Lady Bridgeman.
Siempre suyo,
R. Scott
Disculpe la escritura – estamos a -40º, y así llevamos desde hace un mes.«
Scott ya sabía lo que el destino le deparaba, sin embargo no tenía cómo saber qué tan significativos serían sus mensajes. Tras revelarse la tragedia, Scott se convertiría en un icónico héroe brítanico, inspiración de historias y poemas e incluso sus cartas serían subastadas 100 años después de la tragedia, por una cifra cercana a los 243,000 dólares.
Consideraciones finales
Al igual que Robert Scott, si dejamos un mensaje para nuestra partida, no podremos conocer los resultados y reacciones a este recibimiento. Sin embargo, la importancia de dejar un mensaje antes de partir radica en el poder de la comunicación final y la conexión emocional que se establece con nuestros seres queridos.
Un mensaje puede servir como un legado emocional, permitiendo que nuestras palabras y sentimientos perduren más allá de nuestra existencia física.