El reconocido astrónomo, físico, cosmólogo, astrobiólogo y escritor Carl Sagan, fue una figura enormemente relevante en el siglo pasado, difundiendo conocimiento y divulgando los avances de la ciencia y tecnología, sin embargo, uno de sus objetivos más relevantes, fue el hallar vida extraterrestre.

Como promotor del proyecto Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI por sus siglas en inglés), se encargó de participar en numerosos proyectos como el envío de mensajes en sondas espaciales, con el fin de comunicarnos con civilizaciones extraterrestres, sonda que fue enviada finalmente en 1972 a bordo del Pioneer 10.

¿Y cómo comunicarse con posible vida extraterrestre?

Este fue uno de los grandes cuestionamientos durante el desarrollo del proyecto. El planeta Tierra, podría no ser ‘nada’ para otras civilizaciones. Nuestro lenguaje, nuestra cultura, historia, además de ser difícil de narrar -sin mencionar en qué idioma hacerlo-, podrían no tener sentido. Entonces, ¿Cuáles eran las mejores opciones?

¿Qué debía incluirse en este mensaje?

La decisión final se basaría en la ciencia y en la matemática, aspectos universales que podrían tener sentido para otras civilizaciones de la misma manera (o al menos similar) que lo tienen para nosotros. Gracias a esto, se llevaría a cabo el diseño y construcción de una placa hecha de aluminio anodizado en oro, con información en código binario que serviría para “introducir” a los seres humanos a otros seres con vida.

Además, la placa contenía:

  • Un mapa que representaba la ubicación de 14 púlsares (estrellas de neutrones rotatorias que emiten pulsos de radiación) en relación al Sol.
  • Líneas que indican la dirección y distancia de cada pulsar al Sol.
  • Una representación visual de los seres humanos (un hombre y una mujer).
  • La fórmula del ADN.
  • La población de la Tierra (4 mil millones aprox. para esa época).
  • Un mapa del Sistema Solar.

Esto, entre otras cosas, serían nuestra carta de presentación para otros seres con vida inteligente y tanto Carl Sagan como su equipo, tenían claro que una respuesta podría llegar miles sino millones de años tras su fallecimiento.

El viaje de la sonda espacial

Tras seguir avanzando a través del espacio, el 13 de junio 1983, el Pioneer 10 llegó a la última frontera capaz de ser registrada, el borde de nuestro sistema solar, y sería el 22 de enero de 2003 que emitió su último mensaje. Un mensaje de Carl Sagan y de todo el planeta Tierra, puede seguir viajando a través del universo y quién sabe, quizás algún día tengamos una respuesta.

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